miércoles, 1 de julio de 2015

Ese diablillo rojo de dorados anillos

Pyrrhosoma nymphula.-


Cuando a principios de primavera localizamos los recién emergidos diablillos, sabemos perfectamente que hay miradas que nunca mienten, y mirándoles a los ojos tenemos la rotunda seguridad que equivocarse en la identificación de nuestro héroe es prácticamente imposible.


Y en efecto, nos hemos dado cuenta con certero tino que se trataba del bellísimo Pyrrhosoma nymphula, aunque lo que seguramente no sabemos es que rápido abandonará ese protector entorno que lo ha visto nacer y pululará una larguísima temporada entre campos florales.


Sin lugar a dudas, protegiendo esa belleza son las flores sus más fieles aliadas, entre ellas se camufla a la perfección, pasando desapercibido ante sus depredadores, alimentándose perfectamente de aquellos pequeños seres que entre ellas se mueven.


Entre colores y llamativos entornos, nuestro amigo es invisible y como sus parientes de especie, (aunque nuestro protagonista no lo asuma), tiene sus mismos problemas... cualquier pequeño error indeseado en su salida al mundo conllevará malformaciones, si bien, esto no le evitará continuar su destino, el buscar novia y consumar la relación será un problema enorme, muchas veces insalvable.


Si todo se desenvuelve en perfecta sincronía un pequeño dragoncito rojo marcará su presencia en pequeños arroyos e incluso en estanques donde no se lo espera...


Con absoluta seguridad, en este pequeño rincón del mundo la forma "typica" de la hembra es indudablemente la más típica..... peeeeero esta palabra no parece significar lo mismo en otras especies de dragoncillos rojos.

Así que lo más común es que nuestro pequeño republicano, se aferre a su "typica" moza, con la seguridad de comenzar un apasionado romance.


Estos romances, vuelos y nuevas pasiones que intuimos en los albores de cada primavera, se renuevan en una segunda generación al final del verano.


En ella nuestro bellísimo y colorado dragoncito rescata a su amada asegurando su amor en discretos y pasionales rincones..


- ¿Pero, no son príncipes y princesas?.
 - Los príncipes son azules... este es rojo, por eso no lo considero monárquico, más bien republicano.....Aunque no se le niega un ensalzamiento del espíritu nacional en su vestimenta con esa sustitución del gualda por dorados matices... En fin, el dorado es un color que en esta tierra siempre a gustado mucho.


El caso es que nuestro bellísimo protagonista con sangre real o sin ella, puede convertir en amor aquel momento que los cuentos no alcanzan a expresar con palabras...


Así príncipes y princesas, son apartados de esta historia con una bello corazón sobre tapiz Irlandés.. o Gallego, al fin y al cabo son los dos lugares del continente europeo más Atlánticos que se conocen... 


Espero que al menos os haya entretenido este recorrido en la vida de este travieso duendecillo..


Un Saludo desde donde nacen la nubes.



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