lunes, 17 de febrero de 2014

Ese golfillo irreverente.

El Gomphus pulchellus.-

Hoy vamos a charlar de un dragoncito verde de ojos saltones , su forma y comportamiento son ciertamente curiosos...

Si a mediados de abril o principios de mayo, nos encontramos paseando al borde de un embalse o un curso fluvial de corriente lenta y caudal interesante... podemos apreciar como se nos cruza en el camino algún dragoncito verde con volar titubeante, en su afán de alcanzar la protectora cobertura de las masas forestales... peeero a veces cuando quedamos absortos ante su presencia, le podemos parecer un buen y seguro posadero.



Lejos de mi intención rechazar la presencia y compañía de un precioso dragoncito verde, pero esta confianza me carga con una terrible responsabilidad... ¿donde lo dejamos?.. 



Lo mejor en este caso, es apartarlo del camino y presentarle un posadero en un entorno en el que pase desapercibido, ya que no todo el mundo llega a ver a nuestro amigo, como una simpática compañía y puede ser objetivo de un comportamiento humano muy curioso, que es el cargarse a todo bicho cuanto se mueve, siempre en un ataque preventivo.. para evitar males mayores, el menor no se cual es.



Tomando posiciones en un lugar seguro, la naturaleza seguirá su curso, y nosotros podremos comenzar esta historia:

Cuando tras dos o tres años de vida en el agua, nuestro amigo, decide que puede ser una buena idea pasar a la vida aérea, saldrá lentamente del agua andando sobre la orilla o aferrándose a las plantas más próximas al agua,  recién salido o incluso sin haber sacado todo su cuerpo del liquido elemento, se produce la transformación.

Y es en el momento de tener su cuerpo casi formado cuando, ciertamente se da uno cuenta que ante la debilidad extrema que conlleva esta transformación, un camuflaje perfecto es la mejor arma.



para ello, nuestro protagonista permanecerá inmovil entre la vegetación de ribera, siempre atento, mientras se forma y despliega las alas.



Así estas se abren, solo queda alcanzar un lugar seguro, y los más importante alejarse de la orilla extremadamente insegura en esos momentos tan delicados, demasiados enemigos, de formas y especies diversas.



En la primera etapa de su vida, cuando se resguarda entre la cobertura vegetal, el pequeño gomphus no tiene reparo alguno en plegar las alas y adoptar una posición de pequeño zigóptero... en definitiva, no tiene nada claro el querer ser libélula.



Pero como siempre, acabará decidiéndose por fichar por las ligas mayores.



Cuando sus ojos más llamativos alcanzan ese todo azulado, cuando el amarillo color de su cuerpo ha hecho olvidar al verde claro que lo amparaba en su juventud.. ha llegado el momento de volver a tomar posiciones cerca de la orilla de ese liquido elemento que espera albergar su descendencia.



Los Gomphus son grandes voladores, y siempre me ha hecho mucha gracia esa característica suya de volar muy pegado a la superficie del agua, está muy bien diseñado para ello... 



Mientras las Libellulas vigilan desde sus atalayas y las Aesnhas y Anax patrullan incesantes y a cierta altura esa orilla... se puede observar como un cohete amarillo cruza en linea recta bajo todos ellos rozando el agua con sus alas.



Es curioso ese comportamiento en sus salidas y vuelos lineales, para un dragoncito que adora los largos ratos de descanso. 

Lo cierto es que la mayoría de paradas sobre la vegetación de ribera conlleva algún peligro, si bien no hay enemigo pequeño, en este caso, no es su mayor preocupación



Las hembras como siempre tardan un poco más en llegar a la orilla protegidas por el verde manto se resisten a abandonar los dominios que consideran suyos... el carácter impone



Entre sombras se siente dueñas y señoras de su pequeño reino, ya que en medio de un muy tamizado manto vegetal la orientación mediante la posición de su sombra no es muy acertada... por lo tanto, nos queda claro que lo que expresa nuestra amiga es que la parcela es suya... ¿pero a quién?.. si no hay nad.... ah!! que tonto!!!. A mí claro!!... a veces creo que soy invisible...

Esta imagen, deja bien claro que no solo los sympetrum y familia son los reyes de los obeliscos, aquí está esta dama, para dejar bien claro que este reino le pertenece y no acepta compañía.



Comentábamos con anterioridad que cuando el color verde que los hace invisibles entre el manto vegetal se transforma en amarillo Sus costumbres cambian y son esas rocas calientes o suelos bien compactados los que entre las doce y las cinco de la tarde recogen el descanso de estos amantes del calor.

Les encanta el suelo liso y caliente, es su posición favorita y es para lo que están diseñados, aquí no hay obeliscos que valgan, sino el disfrute de esas horas de calorcito que tan bien viene en este frío verano.. (piensa él), que no es lo que pensamos nosotros y lo aseguro sin temor alguno.



Así y con esta temperatura agradable que alcanza su cuerpo se precede a las labores de aseo, cuidado de la presencia, y también como no, a demostrar la capacidad de giro de esa increíble cabecita.



Un galán bien aseado siempre gana en atractivo, y de esa belleza surgen estos amores...
En esta imagen se aprecia claramente el porqué en la forma exagerada de uno, se acomoda la perfección de lineas de la otra, sin esfuerzo alguno, todo encaja donde debe..



Espero que os haya gustado... un saludo desde donde nacen las nubes.



2 comentarios:

  1. Una gran serie, a ver si este año hago algo con ellos junto con graslinii, que los descubrí en el mismo sitio y fechas hace nada, el año pasado, además allí también está Aeshna isósceles.

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    1. Por aquí de simillimus alguna toma he conseguido, pero no me dan para una entrada, de graslinii ni sombra sin embargo me han comentado que en un embalse concreto existe gaslinii... puede ser, más al sur, en Portugal aparece... al final todo será buscarlo.. Muchas gracias por el comentario Ricard.
      Un abrazo.

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