lunes, 20 de enero de 2014

El Emperador


El Anax imperator......... Es de todos los dragones que patrullan por Europa la que más merecido tienen ese título. 

Su presencia nunca pasa desapercibida, su control de vuelo, el patrullar incesante de los machos de esta especie además de su tamaño (entorno a los 8-9 cm.), hace que acercarse a ellas parezca misión imposible, pero con paciencia y conociendo el protocolo, siempre es posible alcanzar este punto con relativa confianza.


En su estado de larva ya es ciertamente impresionante, sus capturas son letales, incorporando a su dieta además de insectos, renacuajos y pequeños peces.... pero, a pesar de ser todopoderosa en el agua  llega un día en el que siente la necesidad de ver el mundo más allá de este medio, para ello trepará por un tallo consistente, y abandonará su forma acuática para tomar aquella que adoptan los sueños.


Es muy importante, aferrarse a la vegetación una vez se sale de la exuvia, ya que abandonada su antigua coraza y convertida en un depredador aéreo el agua no es buen aliado.



Si en ese periodo en que el nuevo cuerpo consolida su forma, el soporte falla, es muy fácil que el gran cazador, deje ahí su vida sin salvación posible.



Si ha sido capaz de unirse al aire como nuevo elemento, solo queda desaparecer una temporada, en tanto se asientan los colores de esa bella armadura, para volver esplendorosa a patrullar su reino.



En su suave y pausado vuelo de patrulla, es curioso ver como todos los insectos voladores desaparecen a su paso, muy pocos, muy pocos insectos se mantienen en el aire en presencia del emperador, saben perfectamente que de una aceleración del vuelo de su majestad no es posible evadirse en el aire, nadie es rival para el, si no eres libélula tus posibilidades son muy, muy limitadas.



Nuestra protagonista es una gran comedora de libélulas, también naturalmente de cualquier insecto que se atreva a mantener el vuelo en su presencia, si eres mosca, no la harás ni posarse y te zampará en vuelo, mientras persigue otra presa mayor.

Es curiosa la tecnica de algunas libélulas para escapar de un ataque de nuestra protagonista de hoy, Por ejemplo; los Calopteryx cuando la sienten se arrojan al agua con ímpetu sumergiéndose en el líquido elemento del que salen al rato, (porque definitivamente son impermeables). Los representantes del género Libellula tratan de escapar y frenar en seco esquivando el ataque en un giro para resguardarse posteriormente entre la vegetación. Las Aesnhas sí, intentan esquivarla en vuelo porque son parte del aire, pero no escapar, ya que eso es imposible... y mi querido boltonii, como buen celta, lo pierde su carácter intrépido y nunca rehuye una buena batalla... siempre espectacular los encuentros de ese meteoro rayado y el divino emperador... 



Ante este panorama, nuestra protagonista se posa y descansa las luchas directas, nunca compensan.

Cuando en su patrullas de caza, el emperador se encuentra con un sympetrum fonscolombii, este último intentará esquivarlo dirigiéndose hacia la vegetación de ribera, si tiene un solo error de apreciación lo pagará con su vida, no hay escusa, un "perdona no vale, repetimos", no es una opción a tomar. Bien es cierto que el Sympa ya es una presa considerable,  por lo que habrá que detenerse a masticarla, una libélula más pequeña, mosca o avispa de porte medio sería masticada en pleno vuelo.



No solo es el macho el que presenta esa voracidad con todo insecto cuanto vuela, sino que la hembra (normalmente de mayor envergadura), tiene también las mismas costumbres, aunque a ella lo de patrullar de forma evidente no le complace tanto como al macho.



La intensidad de las patrullas disminuye hacia el comienzo de la tarde, ya ese vuelo mantenido se hace un poco cansado y se necesitan breves periodos de descanso.... pero siempre vigilante de este imperio que guarda.



Así aparece una bella dama o un rival invasor, el dueño y señor de esa parcela saldrá como un cohete a manifestar su presencia, en el aire se auspicia una batalla. 

Si el invasor es macho el perdedor dejará en su huida alguna pierna, brazo o un trozo de ala... pero si es hembra... Cuidado... si la dama tiene mayor porte, el macho la rodeará en vuelo, si esta recoge el abdomen significa que "le duele la cabeza", a lo que nuestro Don Juan deberá responder con una retirada estratégica... si esto no fuese así y la conquista se intentase por la fuerza, el ataque de la hembra es de una fiereza extrema, con lo que el macho seguramente caerá al agua o entre la vegetación semiinconsciente, si no muere ahogado se recuperará en un breve período ya que la dama no se ensaña con el derrotado.

A veces la naturaleza tiene un humor atroz, y lo que parece ser un entorno protector se convierte en una trampa mortal, salvo que en su fortuna el avispado afotador salga en su rescate.



Esto conllevará una ventaja para el fotógrafo, aunque ese día tras liberarse, no volverá a ver al emperador, en días posteriores cuando el velo de la vergüenza halla disminuido en su espesor, nuestro protagonista soportará con... digamos... más paciencia la presencia de este ser en su entorno.... pero siempre con precaución.



 Con un milenario arte de aprendizaje a través de dolor y sufrimiento, nuestro héroe aprenderá modales, saber estar y respeto por sus iguales... y sobretodo el arte de la galantería, cuando todo esto forme parte de su ser, podrá ganarse los favores de una bella dama, que consentirá en formar un corazón con él.



La dama es sostenida con mucho cuidado, tantas horas de aprendizaje, traen consigo la excelencia y el derecho a dejar como legado más regentes que gobernarán ese imperio.



Soy consciente que en otros lugares, los cuales posiblemente tenga entornos distintos los emperadores hacen sus puestas en tandem, quizá haya demasiada competencia de especies o sea un tanto peligrosa la puesta como para necesitar de colaboración del macho, se me hace un dato curioso. Sobre todo porque aquí donde nacen las nubes, la costumbre es que la hembra deje a buen recaudo su descendencia en solitario, sin ayuda del macho, al cual veremos patrullando en este entorno e intentando alejar a otras hembras o poner en fuga a otros machos que deambulen por las inmediaciones. Pero lo cierto es que no se acerca a la dama para comprobar como va la puesta, ni vigilar el entorno más próximo.



Así que nuestra dama, con paciencia va dejando su prole por aquí y por allá en aquellos entornos donde crea que puede abundar el alimento que hará más sencilla la vida de la larva.



Esto trae consigo un notable peligro... porque si os fijáis en estas imágenes el primer segmento del abdomen está roto... esto es debido a que la abundancia de ranas en el entorno de la puesta, posibilite que algún gran ejemplar se aventure en su captura.  Las ranas fallan la mitad de sus ataques, pero cuando aciertan agarran a su presa con toda la fuerza de la que disponen.

Aunque son grandes cazadoras, atrapar una emperadora es un reto difícil, ya que no dejará este mundo sin luchar, y así como la rana abra la boca para asegurar su presa, nuestra protagonista escapará hacia la libertad, aunque como en todas las batallas, cada cicatriz cuenta una gran historia. En este caso, el  haber presenciado la escena me hace más fácil su explicación.



En fin, espero que os haya gustado el relato... como veis la realeza se gana con tesón.



Un hasta luego, desde donde nacen la nubes.

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